Objetivos:
- Presentación mutua de los asistentes.
- Reflexión sobre qué significa la llamada de Dios.
- Experimentar que la llamada es algo difícil de escuchar y difícil de expresar, pero que marca nuestra vida.
Materiales:
- Envases de yogur e hilo.
Dinámica:
- Nos distribuimos individualmente por todo el espacio.
- Intentamos definir entre todas y todos qué significa “sentirse llamado”.
- Cada uno piensa brevemente de forma individual: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Cuál es mi llamada? ¿Por qué compromisos pasa? ¿Dónde los llevo a término?
- Juego del teléfono (con yogures e hilo): nos presentamos unos a otros a través del teléfono. Al final, quien ha escuchado nuestra presentación la debe transmitir en voz alta al resto de participantes sintéticamente.