Daniel Carvalho: rito especial para la Amazonía

Carme Munté Margalef entrevista a Daniel Carvalho

Casi cuatro años después de la celebración del Sínodo para la Amazonía, el filósofo y teólogo brasileño Daniel Carvalho reconoce que la «institución de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, por el papa Francisco en 2021, fue el principal legado del Sínodo. A partir de este nuevo modelo de organización eclesial, la experiencia de la sinodalidad se puede realizar con un rostro propio en la región amazónica».

Carvalho, que trabajó con el obispo catalán Pere Casaldàliga, forma parte de la comisión para consolidar un rito especial para la Amazonía. «Pere es un intercesor en el cielo para que los actuales compromisos de preservación y evangelización en la Amazonía tengan un éxito justo», afirma.

En la Exhortación postsinodal Querida Amazonía se habla de un rito especial para la Amazonía, que expresa el patrimonio litúrgico, teológico, disciplinario y espiritual amazónico. ¿Cuál es la importancia de la inculturación litúrgica?

La inculturación litúrgica existe en función de la inculturación de la fe. Y tiene que ver con la fecundación mutua entre el Evangelio y la cultura. Por eso, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, que se encarnó en Galilea, como judío, hijo de un carpintero, dominado por el Imperio Romano, sus discípulos-misioneros también se encarnaron en la cultura de los pueblos a los que querían llevar el Evangelio. Para celebrar la vida del pueblo a la luz de la vida de Cristo, hay que hacerlo en la lengua de ese pueblo y en función de los parámetros culturales locales. La importancia de la inculturación litúrgica reside, pues, en unir fe y vida para que los cristianos de todo el mundo puedan celebrar y vivir la fe en sus propias realidades culturales.

¿Cuál es el fundamento teórico y jurídico para la proposición de un nuevo rito católico?

Actualmente, la Iglesia católica está formada por 24 Iglesias (sui iuris) que tienen ritos propios. Además, en el interior de la Iglesia latina, es decir, romana, hay una pluralidad de ritos. España tiene uno de los más conocidos, el mozárabe. Otros ejemplos son el ambrosiano, en Milán, y el zairense, en el Congo. La diversidad de ritos no desvirtúa la unidad de la Iglesia. Al contrario, revela su diversidad. La región panamazónica, que engloba nueve países, la integran más de trescientos grupos étnicos indígenas distintos, cada uno con sus propias cosmovisiones y culturas. Sin embargo, la relación armónica con la naturaleza es una característica común en todos. Es en esta perspectiva socioantropológica donde hay que basar el supuesto rito amazónico. Hay que recordar que fue el episcopado de la región, reunido en el Sínodo, quien hizo la petición de un rito propio.

Por cierto, la propuesta de este nuevo rito debería reemprender una tradición viva hasta el siglo IV del cristianismo. Este modelo misionero acabó cuando la cultura romana y la filosofía griega se fusionaron dentro de la Iglesia latina. La autoafirmación de Roma sobre las otras Iglesias y los esfuerzos para superar los supuestos abusos derivados, sobre todo, de la mala formación de los ministros, colaboraron para unificar y endurecer las fórmulas rituales. En este sentido, mantener la Tradición significa descubrir de nuevo la regla de la oración de los Padres de la Iglesia, recuperar el contacto vivo con los pueblos, más que repetir mecánicamente rituales poco capaces de dialogar con las culturas contactadas. La liturgia es la oración de la Iglesia.

Daniel Carvalho y el cardenal Barreto Ceama.

Un rito especial para la Amazonía

¿En qué punto se encuentran los trabajos de la comisión para el rito amazónico?

La comisión para el rito amazónico está bajo el amparo de la Conferencia Eclesial de la Amazonía. Consta de cuatro grupos de trabajo que se centran en las dimensiones siguientes: 1) antropológica y sociológica; 2) histórica y cultural; 3) tecnológica, eclesiológica y espiritual; 4) ritual y jurídica. En estos momentos estamos haciendo un trabajo de campo entre distintos pueblos, así como en fuentes bibliográficas, para tejer los fundamentos necesarios para el rito, que hay que evidenciar en el futuro. No hay ninguna previsión en cuanto a su aprobación. Lo que estamos haciendo es un intento de responder a la llamada del Sínodo para la Amazonía. Sin embargo, la complejidad que conlleva el rito como fenómeno religioso requiere de un proceso ordenado y sólido.

«El grito de la Amazonía no brota solamente del corazón de las selvas, sino también desde el interior de sus ciudades», leemos en Querida Amazonía. ¿Las amenazas contra la Amazonía cómo afectan al conjunto de la humanidad?

Esta frase hace referencia al intenso movimiento migratorio que ha marcado la región amazónica. Los pueblos originarios, antes de la colonización, vivían a orillas de los ríos, pero tuvieron que entrar gradualmente en el bosque para huir de los invasores. En las décadas de 1970 y 1980, el gobierno militar animó a la migración de sud y nordeste del país hacia la región amazónica, bajo el engañoso argumento de que, si los brasileños no la ocupaban, otras naciones lo harían. Repartieron indistintamente tierras habitadas desde tiempos inmemoriales y expulsaron a los pueblos indígenas.

Últimamente, con el avance desenfrenado de la frontera agrícola y el aumento de las actividades mineras en la región, muchos pueblos indígenas se han visto obligados a emigrar a núcleos urbanos. De este modo, los individuos sobreviven, pero sus culturas son asesinadas. La desforestación no se detiene. Los incendios delictivos consumen ingentes hectáreas de bosque cada año. El resultado es que el bosque, que antes absorbía el CO2, ahora también lo produce, a la par que el calentamiento global desencadena acontecimientos meteorológicos extremos (sequías, calor, frío, lluvia…) para los cuales no estamos preparados. El grito profético que viene desde la ciudad y el campo nos tiene que advertir globalmente, hasta que las situaciones de muerte que se imponen en la Amazonía encuentren la resurrección.

Jóvenes Kalapalo en la celebración «Kuarup» por la muerte de una persona importante para la gente del parque Xingugena.
Jóvenes Kalapalo en la celebración «Kuarup» por la muerte de una persona importante para la gente del parque Xingugena.

Las religiosidades indígenas

¿Qué aprendizajes nos ofrecen las poblaciones indígenas?

En cuanto a la relación con la naturaleza, seguramente la lección más importante es cultivarla con prudencia para garantizar el equilibrio del ecosistema. No basta con no degradarse. Debe cultivarse. Mientras nuestra tradición se alejaba del jardín que el Creador nos ofreció como casa (cf. Génesis 1–3), los pueblos indígenas hicieron lo contrario. En el fondo, la lección que nos ofrecen tiene que ver con la necesidad de reinventar la concepción del progreso y del desarrollo, y de crear una nueva visión del mundo que rechace el consumismo desenfrenado y la depredación. Sobre la trascendencia, hay que decir que se revela en la inmanencia. Las religiosidades indígenas veneran los espíritus del bosque, de los ríos, de los antepasados… y todos están, de alguna manera, integrados en la naturaleza que, por ende, es sagrada.

¿Cómo se plasma en la liturgia la vivencia del don de la Creación?

El papa Francisco ha insistido en destacar el hecho de que nuestro encuentro sacramental con Dios tiene lugar a través de la naturaleza, la materia (Laudato si’ 235-236; Desiderio desideravi 13, 42, 46). El lugar privilegiado de este encuentro es la liturgia. Hace unos meses escribí un artículo para Revista de Liturgia 295 – A liturgia que faz renascer a Igreja acerca del trigo que se utiliza para hacer el pan de la Eucaristía que, en buena parte, es transgénico y contiene trazas de pesticidas. Si los dones presentados en el altar son símbolo del pan que alimenta a la humanidad y símbolo de toda la Creación, vale la pena plantearse si nuestras Eucaristías legitiman el modelo hegemónico de la producción de alimentos. La liturgia cristiana se realiza por, para y con nuestros cuerpos, que son nutridos, ungidos, lavados, perfumados… con materia. La liturgia cristiana no está constituida por abstracciones espirituales, sino por vivencias corporales.

La experiencia del don de la Creación se refleja bien cuando, por ejemplo, tenemos iluminación natural en espacios de celebración que nos hacen sentir integrados en el cosmos. Y se refleja mal cuando empleamos oro extraído ilegalmente con el mercurio que contamina los ríos, mata a los peces y envenena a poblaciones indígenas, como es el caso de los ianomamis, para hacer cálices y patenas «nobles».

Los cálices y patenas de árbol Pau Brasil utilizados en la misa de la Romería de los Mártires.
Los cálices y patenas de árbol “Pau Brasil” utilizados en la misa de la Romería de los Mártires.