Hacernos preguntas después del confinamiento

La experiencia del confinamiento nos tiene que invitar a buscar respuestas después de pensarlas detenidamente.

M. Àngels Termes, editorial del núm. 15 de Galilea.153 «Puertas abiertas»

Con el título de esta revista queremos reflejar la voluntad de la Iglesia, a pesar de haber tenido cerrados los templos durante bastante tiempo, de permanecer abierta y ser acogedora durante el confinamiento en la pandemia del COVID-19.

Pero antes de llegar hasta aquí os explico cómo se ha gestado este número. Teníamos algunos temas posibles, pero nos pareció que los debíamos aparcar para reflexionar a raíz de la crisis provocada por el coronavirus.

Pensamos que ante todo era preciso hacerse preguntas sobre el pasado y hacia el futuro. Primero hacerse preguntas… después ya vendrán las respuestas. Convocamos una reunión del Consejo Asesor por vía telemática que resultó muy enriquecedora. Un primer resultado lo tenéis en la mano.

Os invito, queridos lectores, a plantearos preguntas también vosotros. Y las respuestas ya vendrán. Porque las que damos a bote pronto a menudo no son realistas.

Demos el primer paso de plantearnos preguntas

A partir de lo que hemos vivido personalmente, en la parroquia-comunidad, socialmente… ¿qué preguntas nos surgen? Cito no exhaustivamente algunos campos: en la liturgia y celebraciones en el trabajo…

en las actividades pastorales
en la escuela e institutos
en la catequesis
en la universidad
en la educación
en el tiempo libre en la investigación
en la vida de comunidad
en la atención sanitaria
en la atención a los más pobres y vulnerables
en el cuidado de la naturaleza
en la formación
en la vivienda
en la espiritualidad
en la inmigración
en la atención a los enfermos y ancianos
en la economía
en la familia
en la política

Se trata de hacerse preguntas… No contestar rápidamente y dar lecciones de cómo deberían ser las cosas sin pensar mucho. No limitarnos a decir lo que deberíamos hacer nosotros y, sobre todo, los demás.

¡Leed la revista!

Esto lo saben hacer perfectamente los tertulianos de nuestras televisiones y de las redes sociales. Nos dan lecciones de cómo solucionarlo todo. Y, precisamente, su charlatanería tal vez no nos deja espacio para pensar por nosotros mismos.

Después de pensar vuestras preguntas, os invito a leer la revista… Seguramente surgirán nuevos interrogantes. De eso se trata.
Pero siempre teniendo en mente que queremos una Iglesia abierta aunque no pueda abrir de par en par las puertas de los templos.

Sumario del núm. 15 «Puertas abiertas».

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