El tiempo ordinario

Cada año, cuando termina el tiempo de Navidad, después de Reyes y de la fiesta del Bautismo del Señor, parece que entramos en un tiempo frío, un poco vacío. Hasta que llegue la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza las cosas no se volverán a animar, y volverá a parecer que nuestras celebraciones litúrgicas tienen más jugo, más consistencia, más contenido.

El año litúrgico, para seguir a Jesús, de Josep Lligadas