Expresar lo inexpresable

M. Àngels Termes, editorial del núm. 12 de Galilea.153 «Dios es belleza».

El dibujo, la pintura, la escultura, la arquitectura, la música, la literatura en general y la poesía en particular… son múltiples manifestaciones del arte.

El arte es la capacidad de expresar lo inexpresable, desde cualquier emoción humana hasta la fe, y de establecer una comunicación y comunión profunda entre el autor y el receptor de la obra de arte.

Y esta comunión no solo nos permite la comunicación de tu a tu, sino que es vehículo de comunicación con nuestros antepasados y con culturas alejadas de nosotros.

En este sentido el artículo de Dani Font nos explica la tarea que realizan entidades como Catalonia Sacra de acercarnos el patrimonio cultural religioso heredado a través de siglos de cristianismo.

Otros artículos nos conducen al proceso creativo de las piezas de cerámica del monasterio de Sant Benet de Montserrat, de la mano de Montserrat Viñas, una de las iniciadoras del taller, y a la belleza sencilla y provisional de la comunidad de Taizé, tal como nos explica Salvador García.

Óscar Valado pone en valor el poder de la música, que incluso conduce a la conversión. Y aunque a los mayores como yo nos cueste entender, también las tendencias musicales y audiovisuales actuales, tal como explica Mercè Solé, pueden llevar al absoluto.

Natalia Aldana nos habla de la belleza de la liturgia, no solo en las grandes celebraciones, sino también en nuestras misas más humildes. Destaco un párrafo de su artículo.

La belleza de la celebración litúrgica, participar en ella desde la realidad quizás humilde pero auténtica de nuestras comunidades y parroquias, ofreciendo lo que somos y tenemos a Dios con sinceridad de corazón, desde la alabanza y la acción de gracias, con sentido de fiesta y alegría por celebrar y actualizar la Pascua del Señor, en comunión con la asamblea celeste, es un arte, el arte de hacer presente y vivir ya aquí en la tierra aquello a lo que estamos llamados a vivir eternamente.

Silvia Martínez Cano, en la contraportada, hace algunas sugerencias para ayudar a esta belleza.

Termino con una frase de Elisenda Almirall en la entrevista: «Las imágenes en las iglesias, por ellas solas, no tienen sentido si no hay vida». Y es que de esto se trata, de que la expresión artística de la fe comunique Vida.

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